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Saint Michel

Mont Saint Michel es como si alguien hubiera dicho: “¿Y si construimos una abadía en medio del mar y le damos vibra de castillo encantado?” Y pues... lo hicieron.
Cuando la marea sube parece flotar como por arte de magia, y cuando baja, se convierte en un laberinto medieval lleno de callejuelas, escaleras y turistas con cara de “¿cómo subimos tanto?”
Es uno de esos lugares que no se ven, se sienten. Literal, se siente la historia... y el viento.

No pongas un pie en Saint Michel sin leer esto

Aimeétips

1️⃣ Compra tu entrada con anticipación 🎟️
La Abadía de Saint Michel es LA joya del lugar, y créeme, no querrás perder tiempo haciendo fila. ¡Compra tu boleto online!

2️⃣ Lleva zapatos cómodos 👟
Parece chiquito, pero te vas a echar unas buenas subidas. Escaleras, callejones y cuestas que harían sudar a un maratonista. ¡Tus pies te lo van a agradecer!

3️⃣ Llega temprano 🕗
Entre más temprano llegues, más magia sientes (y menos turistas aparecen en tus fotos). Además, la marea cambia y el acceso se puede complicar.

4️⃣ No subestimes el viento 💨
El look de "Rapunzel en tormenta" es real. Lleva algo para cubrirte porque allá arriba el aire pega sabroso.

5️⃣ Quédate a ver el atardecer 🌅
Saint Michel se ve bonito de día, pero cuando el sol se empieza a esconder... se convierte en postal de cuento. No corras, quédate un rato y disfruta la vista.

Aimeégram

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